Renta vitalicia inmobiliaria

La "pensión de piedra"

 

La renta vitalicia inmobiliaria garantiza vivir en un hogar y entorno familiar. Es una forma especial de venta de propiedad. Los propietarios, generalmente mayores de 70 años, venden su propiedad, pero no tienen que mudarse. La propiedad pasa al comprador, quien a cambio paga al vendedor una renta vitalicia, un pago único o una combinación de ambos.

 

Es especialmente ventajoso acordar un derecho de uso y residencia vitalicio, registrado y notariado, ya que elimina las desventajas del usufructo. Las obligaciones de pago del comprador y el derecho de uso y residencia deben registrarse en primer rango en el registro de la propiedad. En una renta vitalicia inmobiliaria, el nuevo propietario es responsable de los costes futuros de mantenimiento, lo que supone una ventaja significativa para el vendedor.

 

Este modelo es particularmente interesante para personas mayores con bajos ingresos y/o sin herederos, que desean utilizar el valor de su propiedad durante su vida, pero seguir disfrutando de una vida independiente en su entorno familiar.

 

 

Además de las ventajas financieras que ofrece la renta vitalicia inmobiliaria, el aspecto de seguridad a largo plazo es importante. Saber que todos los asuntos relacionados con la vivienda están legalmente regulados proporciona tranquilidad a muchos mayores.

 

Dado que la renta inmobiliaria implica una asociación a largo plazo con el comprador, es importante revisar cuidadosamente al comprador y asegurarse de que se comprometa a no revender la propiedad durante toda la vida.

 

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